Las claves de los programas de Medios de Vida.

Los programas de apoyo para el restablecimiento de los medios de vida se desarrollan cuando se produce un desastre o conflicto ya sea repentino (terremotos, inundaciones), gradual o crónico (sequías), o emergencias más complejas en las que las poblaciones sufren los efectos de un desastre natural agravados por algún conflicto existente. Los programas están destinados a reducir el sufrimiento y salvar vidas e incluyen algún tipo de apoyo para proteger los recursos familiares y comunitarios con el fin de evitar el deterioro de las formas de vida de las personas afectadas. Este apoyo permite que las personas asuman el control de su existencia y preserven su dignidad, tanto personal como de la comunidad, favorece su capacidad de recuperación y reduce su vulnerabilidad frente a futuros desastres o conflictos. Las estrategias de vida habituales que utilizan las personas para adaptarse a las situaciones adversas sirven, en la mayor parte de los casos, de base para el desarrollo de este tipo de programas.

Los programas de Medios de Vida deben ser abordados desde un enfoque participativo en el que la comunidad sea actora principal en su diseño, planificación, ejecución y supervisión. Se actuará de forma integral dado que las necesidades en materia de asistencia con relación a medios de vida tienen prioridades coincidentes con los relacionados con  seguridad alimentaria, salud, alojamiento, suministro de agua y saneamiento. El establecimiento de alianzas reconociendo la pericia de otras personas, organizaciones y autoridades permitirá obtener sinergias que favorecerán las acciones. La identificación de las vulnerabilidades y capacidades de las familias, así como el respeto y fortalecimiento de las capacidades y estructuras locales, permitirá adecuar las acciones al contexto  y población afectada. También debe incorporarse la perspectiva de género en el análisis de las funciones y responsabilidades de las personas para entender mejor sus vulnerabilidades y capacidades y mejorar la eficacia de los programas.

En los programas de Medios de Vida, los recursos principales y determinantes para las acciones se pueden agrupar en 5 tipos:

o         Recursos Humanos (educación, formación, cualificaciones, destrezas, estado de salud)

o         Recursos Sociales (participación en grupos comunitarios, relaciones con familiares en otros lugares, relaciones religiosas)

o         Recursos Materiales (herramientas, carreteras, transporte, electricidad, alcantarillado, pozos de agua)

o         Recursos Financieros (ahorros, acceso al crédito, deudas)

o         Recursos Naturales (tierras, suministro de agua, recursos forestales, árboles frutales)

Todos ellos constituyen elementos para la edificación del camino que lleva a la reconstrucción para que las comunidades puedan identificar la mejor manera de reanudar su vida habitual.

La contribución de los programas de medios de vida que favorecen la recuperación temprana abarca el apoyo a las familias y comunidades vulnerables para que puedan satisfacer sus necesidades básicas y gozar del acceso a los bienes y servicios esenciales. A continuación se describen algunos ejemplos de los programas de medios de vida elaborados y ejecutados por la Cruz Roja y la Media Luna Roja (junto a cada actividad consta el recurso o activo que se ha restablecido):

Remoción de escombros a raíz de un desastre, a través del mecanismo de “efectivo a cambio de trabajo” (recursos naturales y financieros).
Suministro de semillas y aperos para la agricultura a tiempo para emprender la siembra (recursos materiales).
Reconstrucción de mercados e infraestructura mediante empleo remunerado con las autoridades locales (recursos materiales y financieros).
Reanudación de la actividad pesquera gracias al acceso a nuevos botes y redes de pesca (recursos materiales).
Restablecimiento de pequeños negocios gracias a subvenciones en efectivo (recursos financieros.
Establecimiento de redes sociales y cooperativas de negocios gracias a la formación en destrezas empresariales (recursos sociales y humanos).
Rehabilitación de centros comunitarios mediante el sistema de “alimentos a cambio de trabajo” (recursos materiales y financieros – alimentos).
Perfeccionamiento de destrezas en oficios tales como la carpintería o la sastrería mediante formación profesional (recursos humanos).
El denominador común de estos ejemplos reside en que se coloca a la familia y a la comunidad como el centro de atención de la actividad en materia de medios de vida. En esencia, se trata de habilitar a las personas afectadas por desastres y conflictos para que puedan materializar su aspiración de autosuficiencia, con la debida consideración de sus respectivas capacidades y vulnerabilidades.

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